domingo, 5 de julio de 2015

Declaración Política Comité Central del PCU del 4 y 5 de julio de 2015






























El Comité Central se reunió y debatió en un momento de enorme trascendencia en la situación del mundo, la región y nuestro país. Vivimos a escala mundial, regional y nacional un período de agudización de la lucha de clases.

La crisis del capitalismo

El capitalismo sigue en una de las crisis más profundas de su historia y el imperialismo y los grandes capitales trasnacionales encuentran serias dificultades para recuperar sus tasas de acumulación y ganancia y ello genera tensiones de todo tipo y en varias dimensiones; la más importante, la perspectiva de guerras en varias regiones del mundo y una tensión general, además de la profundización del modelo económico y social que pone en peligro la existencia del planeta y condena a la exclusión y la miseria a millones de seres humanos.

Dentro de las múltiples expresiones de esta situación, reviste especial relevancia la situación en Grecia, donde la aplicación pura y dura del neoliberalismo llevo a ese país a la bancarrota. El gobierno de Syriza apostó a la participación democrática del pueblo griego para enfrentar las presiones de las grandes potencias capitalistas europeas y del FMI. Esa postura marca un camino diferente, así lo entendieron los pueblos de Europa que se movilizaron y merece toda nuestra solidaridad

América Latina es hoy la zona del planeta de mayor amplitud y profundidad de respuesta al neoliberalismo y al imperialismo. Ningún camino de transformaciones populares está cubierto de rosas. Asistimos a la intensificación de una contraofensiva del imperialismo y las oligarquías nacionales para recuperar los espacios políticos perdidos y fortalecer su hegemonía. Los triunfos populares en seis elecciones consecutivas entre 2013 y 2014 han tenido una respuesta a gran escala del imperialismo con operaciones de desestabilización en todo el continente, muy especialmente en Venezuela, Brasil, Argentina, Chile y, con especial intensidad, en Ecuador. Al mismo tiempo, se logra la victoria de la revolución cubana con la liberación de los cinco luchadores antiterroristas presos en EEUU y el proceso de normalización de las relaciones diplomáticas. Persiste el bloqueo y se abren desafíos nuevos y complejos para Cuba y su revolución.

Además del compromiso solidario con las luchas de todos los pueblos hermanos, esta mirada al mundo y al continente es imprescindible para entender mejor la situación de nuestro país, el valor de lo conquistado y las perspectivas de lucha que se abren.

Dos proyectos de país

Nuestro país está inmerso en esa situación internacional y también aquí vivimos una agudización de la lucha de clases. En el marco de las grandes definiciones de nuestro XXX Congreso que se propuso avanzar en democracia, para construir una democracia avanzada como camino al socialismo, estamos en un momento de inflexión del proceso de acumulación de fuerzas populares, con enormes potencialidades y con riesgos también enormes, y cuya dilucidación tiene proyecciones estratégicas.

Culminó en mayo el largo ciclo electoral que caracterizamos como un momento de síntesis política e ideológica de todo nuestro pueblo para avanzar en la resolución de la contradicción principal de la etapa: entre un país productivo, con justicia social y fortalecimiento de la democracia y ampliación de derechos o restauración neoliberal y más dependencia. Esta contradicción se concreta políticamente en dos proyectos de país y en dos bloques, políticos y sociales, que los expresan.

A la luz de esa caracterización, el ciclo electoral, comenzado en junio de 2014 y culminado en mayo de 2105, marcó una victoria popular de enorme importancia, cuyo resultado más trascendente es la conquista de un tercer gobierno nacional del Frente Amplio, con mayoría parlamentaria y la peor derrota electoral de la derecha de la historia. El resultado de mayo se inscribe en esa caracterización general, el FA volvió a ser la fuerza política más votada del país, la única que creció en número de intendencias, sin embargo se perdieron Maldonado y Artigas y no se lograron capitalizar las perspectivas políticas abiertas en octubre y noviembre en un conjunto de departamentos. Por otra parte requiere especial análisis, e iniciativas tendientes a lograr una práctica política superadora, los resultados obtenidos en el tercer nivel de gobierno, espacio clave de la descentralización y la construcción de espacios de poder popular.

El tercer gobierno nacional del Frente Amplio comenzó enfrentando una situación compleja en el mundo y en la región, con repercusiones innegables en nuestro país. Uruguay enfrenta una desaceleración del crecimiento de la economía, caída de precios en varios de sus rubros principales de exportación y un escenario complejo en mercados claves para nuestros productos.

El asunto está en cómo enfrentar ese escenario, desde el gobierno, desde la acción política del Frente Amplio y desde el movimiento social. En la respuesta a esta encrucijada política también se expresan los dos proyectos de país. La derecha enunció su respuesta en la campaña electoral y lo hace cada día: desregulación laboral, reducción de salarios, privatizaciones y una estrategia de inserción internacional dependiente del imperialismo y los grandes capitales trasnacionales.

La respuesta de la izquierda está en el Programa de Gobierno del FA que nuestro pueblo respaldó. Es imprescindible avanzar, no detener los cambios. Hay que avanzar en una estrategia de transformación de la matriz productiva que reduzca las vulnerabilidades derivadas de la primarización, la extranjerización y concentración de la tierra y las principales cadenas productivas. Hay que incrementar la inversión pública, como factor dinamizador de la economía y a la vez creador de la infraestructura imprescindible para el desarrollo productivo, y aquí tienen un rol insustituible las empresas públicas. Fortalecer la negociación colectiva y mantener el crecimiento de salarios y jubilaciones, como factor de distribución de la riqueza, objetivo central del Programa del FA, pero también como elemento dinamizador del mercado interno, que permite atemperar los impactos negativos del frente externo. Ampliar la democracia y los derechos. Avanzar en una inserción internacional de nuestro país que apueste a la conquista de soberanía e independencia, política y económica, con la región como primer zona de autonomía y resistencia a los efectos de la crisis mundial y de las maniobras especulativas del imperialismo y el gran capital.

La batalla para definir ese rumbo se da en medio de contradicciones y de una puja constante entre los dos bloques políticos y sociales y los dos proyectos de país.

No contribuyen a la dilucidación de esa contradicción a favor del pueblo algunas de las iniciativas planteadas por nuestro gobierno.

El TISA implica una opción de inserción internacional que incrementa la dependencia y pone en peligro conquistas históricas, lo rechazamos, saludamos el debate abierto y reclamamos que Uruguay se retire de las negociaciones.

El anuncio de la intención de reducir la inversión pública, en especial la que llevaron y llevan adelante las empresas públicas, en la cual se enmarcan la decisión de UTE de cortar inversiones y la reciente de suspender las obras del ANTEL ARENA, implican un camino peligroso, que conduce a retraer más la economía, retroceder en el peso del Estado y su papel fundamental para enfrentar la crisis y avanzar en el desarrollo productivo, y además, impacta negativamente en el empleo, afectando directamente a miles de trabajadores y sus familias.

Los lineamientos para la próxima ronda de los Consejos de Salarios tampoco aportan en la perspectiva de avanzar. El PIT-CNT ha planteado su oposición y una crítica fundamentada y seria que respaldamos. El Programa del FA nos compromete, a todos, a avanzar en la distribución de la riqueza, en la construcción de la justicia social, el salario debe, como mínimo, crecer lo que crece la economía y los salarios y jubilaciones más bajos, deben crecer más. Los lineamientos presentados no aseguran ese objetivo político central para la etapa.

El problema fundamental que estas medidas de nuestro gobierno tienen es que no aportan al proceso de acumulación de fuerzas para los cambios. No contribuyen, ni en sus efectos económicos concretos, ni en sus consecuencias políticas e ideológicas, a la construcción del bloque político y social de los cambios, ni a la lucha popular por avanzar en democracia.

En unidad, pero sin temores, debe corregirse el rumbo de estas medidas que constituyen un error político.

Un camino de lucha

El PCU impulsará el más amplio debate sobre el rumbo y los contenidos del proceso de cambios, sobre la aplicación del programa del FA y el enfrentamiento a la derecha, en el Frente Amplio, en el gobierno, en el movimiento popular y con el pueblo todo.

Hay ejemplos concretos, en este mismo período, de lo que se puede hacer con una línea de avance democrático y de protagonismo popular. El Parlamento aprobó la institucionalización del FONDES y el impuesto de primaria para las grandes extensiones de tierra.

Los trabajadores han incrementado su protagonismo, imprimiendo su sello de independencia en el proceso político e ideológico nacional, con enormes movilizaciones como las del 23 de abril, el 11 de junio y las de la Enseñanza y los públicos por presupuesto y en defensa de la enseñanza pública. Especial relevancia merecen el 1º de mayo y la realización del XII Congreso del PIT-CNT, por sus propuestas programáticas, por sus definiciones estratégicas y por su síntesis unitaria.

También hay que destacar el protagonismo juvenil, participando activamente en todas las movilizaciones populares y en especial con el paro estudiantil y la marcha que lo cerró.

Sin dudas, uno de los acontecimientos políticos más importantes de este período fue la gigantesca pueblada contra la impunidad y por Verdad y Justicia del 20 de mayo.

El hilo conductor que unifica todos estos hechos es una línea de unidad y movilización, de protagonismo popular organizado, de perspectiva estratégica de avanzar. Ese es el camino y no otro.

El PCU y la UJC

En ese marco general los comunistas hemos participado de todas las luchas de nuestro pueblo. En el proceso electoral contribuimos con nuestra militancia a la victoria popular con el Frente Amplio, con resultados dispares y en general insuficientes para la 1001, espacio político y de unidad que nos proponemos fortalecer y desarrollar.

Se ha desplegado, con un amplísimo marco, la conmemoración de los 100 años del nacimiento de José Luis Massera, con una enorme repercusión social, política e ideológica. Realizamos el acto de homenaje a los mártires de la 20º con el planteo de los comunistas sobre el momento actual.  Se han organizados decenas de homenajes a nuestros mártires, aportando a la memoria histórica y a la lucha por Verdad y Justicia.

La UJC realizó su  XV Congreso, que reflejó su crecimiento, en cantidad y calidad, en inserción entre los jóvenes y abre una formidable perspectiva de lucha, que saludamos especialmente.

Nos planteamos abordar el 95 aniversario del PCU y el 60 aniversario de la UJC, los 200 años del Reglamento de Tierras, los 100 años de la Ley de 8 horas, como instancias de debate político e ideológico con todo nuestro pueblo.

Nos proponemos un esfuerzo especial por construir PCU y UJC en todo el país, creciendo en número de afiliados, en organización y en incidencia en todos los espacios de nuestra sociedad.

La perspectiva es de unidad y lucha

La complejidad de la etapa, la magnitud de los desafíos, la dimensión de la contraofensiva del imperialismo, de las oligarquías y de sus expresiones políticas y sociales, y a su vez, las enormes potencialidades para avanzar, exigen de nuestro mayor esfuerzo, organización y militancia.

Tenemos por delante los Consejos de Salarios y el Presupuesto Nacional, dos instancias claves, donde estarán en disputa los dos proyectos de país, debemos contribuir para que se transformen en avances populares.
Tienen que reflejar el Programa del FA, tienen que avanzar en la distribución de la riqueza, fortalecer el papel del Estado, de las empresas públicas, del desarrollo productivo, la inclusión social, la ampliación de derechos democráticos, la defensa de la educación pública.

Resolver a favor del pueblo esta coyuntura compleja dependerá de nuestra capacidad, en unidad, de fortalecer el bloque histórico, político y social de los cambios, especialmente la acción del Frente Amplio, de construir perspectiva estratégica, dar el debate ideológico, tener iniciativa política y promover la lucha y el protagonismo popular.

A ello se une el desafío por colocar al PCU y la UJC a la altura de estos objetivos. Creciendo, logrando una mayor inserción en nuestro pueblo y la sociedad, trabajando organizadamente y con el Plan como instrumento, desde cada Agrupación partidaria y Círculo de la UJC.

El desafío es construir perspectiva revolucionaria, y por lo tanto histórica, fortaleciendo la relación y la unidad entre gestión de gobierno, acción del Frente Amplio, y lucha, protagonismo y participación desde el movimiento popular organizado, en particular los trabajadores.

A ellos nos comprometemos los comunistas y convocamos a todo nuestro pueblo.

Avanzar es la consigna de la hora, la unidad y la lucha, el camino para lograrlo.


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