sábado, 9 de enero de 2016

Alexey Markov, fundador de la unidad comunista. Un retrato




















Artículo Original: Susann Witt-Stahl / Junge Welt

El humanista en traje de camuflaje

Le encanta la literatura, Remarque, Márquez, Pushkin, y la música clásica. Y nunca sirvió en un ejército. “La guerra es un negocio repugnante y profundamente inhumano“, dijo Alexey Markov en una entrevista con Junge Welt. Sin embargo, hoy viste voluntariamente el traje de camuflaje, es incluso comisario político principal de una unidad militar y combatió en la sangrienta batalla del cerco de Debaltsevo. La explicación se debe a que a veces en la historia hay “alternativas aún peores“.
El siberiano, nacido en Omsk en 1973, había emprendido inicialmente en una carrera académica. A los 16 años se trasladó a Novosibirsk y estudió física atómica. Después del colapso de la Unión Soviética, abandonó la universidad y dirigió durante muchos años el departamento de tecnologías de información de varias empresas. Cuando el gobierno golpista de Kiev lanzó en abril de 2014 su “operación antiterrorista” contra las dos repúblicas no reconocidas de Donetsk y de Lugansk, se dedicó inicialmente solo a recaudar dinero para las fuerzas progresistas entre los insurgentes, explica Markov, que desde 2001 tenía su domicilio en Moscú. Pero durante una visita a la brigada Prizrak prometió volver con refuerzos al entonces comandante, después asesinado, Alexey Mozgovoy. Éste se limitó a replicar: “Eso ya lo han dicho tantos“. Pero Markov cumplió su palabra: el 6 de noviembre de 2014, fundó con 18 camaradas rusos la unidad de voluntarios comunistas [Добровольческий коммунистический отряд, DKO].
Desde que tengo memoria, soy un comunista convencido“, dice Markov, que fue socializado políticamente en el Komsomol. Después de las acciones inconstitucionales del ex presidente ruso Boris Yeltsin en contra de Congreso de Diputados del Pueblo de 1993 se incorporó también al Partido Comunista, pero lo abandonó de nuevo en 2001 debido a su política carente de perfil.
Markov –los soldados de la DKO le llaman cariñosamente “Dobriy” (el bueno)– se ha mostrado hoy en contra de la liquidación de los principios del comunismo y se siente, como él dice, comprometido con el pensamiento y las acciones de Lenin, de los partisanos de Julius Fucik, del pedagogo humanista Anton Makarenko y del Che Guevara. “Para él la felicidad del pueblo era más importante que los puestos ministeriales“.
Los dos abuelos de Markov lucharon durante la Segunda Guerra Mundial en el Ejército Rojo contra la Alemania nazi y perdieron sus vidas. Como Hitler, entonces para Thyssen y Krupp, hoy los fascistas son para los oligarcas en Ucrania “un instrumento” para lograr sus intereses de lucro. El que invierte tanto en la guerra, no tiene interés en que se detenga. “Nunca olvidaré las imágenes del padre que tuvo que ver cómo el cuerpo hecho jirones de su hija pequeña era cargado en un camión“. Markov recuerda el ataque de artillería de Ucrania a finales del verano de 2014 en la playa de Zugres, una ciudad en el Oblast de Donetsk. Para los fascistas, que actúan según la premisa ‘Donbass será ucraniano o quedará desierto’, los muchos niños muertos no son más que ‘raza colorada’ (escarabajos– una mala palabra para los insurgentes), dice. “Pero yo lo siento por ellos, como si fueran míos“.
A pesar de ello, Markov advierte contra la demonización de los soldados ucranianos. “No todos son fascistas. Muchos fueron reclutados por la fuerza y manipulados de manera que perciben las personas en el Este como sus enemigos mortales“, aclara. “No odiamos a los ucranianos” Sin embargo, Markov está convencido de que no habrá paz justa sin victoria militar sobre las tropas de Kiev. Es una condición previa para un proceso histórico que, así lo señala Markov, es categóricamente necesario “Ucrania debe ser desnazificada“.
Al igual que todos los comunistas y socialistas, Alexey Markov conmemorará el 15 de enero a dos revolucionarios y antiimperialistas, que hace cien años encarnaban una gran esperanza del movimiento obrero y cuyas ideas considera “todavía contemporáneas“. “El asesinato alevoso de Luxemburgo y Liebknecht privó a la humanidad de mentes brillantes“.

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